Cuidado con la presión alta
Estar embarazada y en situación de hipertensión gravídica requiere una estrecha comunicación con tu médico. Sigue sus consejos en torno a la alimentación y disminuye el consumo de sal.
Si no te sientes mal ni experimentas mareos, dolores de cabeza u otras molestias, pero tu médico descubrió que tu presión arterial es de 140/90, por lo tanto tienes hipertensión gravídica, prepárate para hacer profundos ajustes en la alimentación durante el embarazo.
Lo primero es evitar la sal y mantener reposo. Si estás embarazada no elimines el consumo de alimentos salados completamente, tu bebé los necesita. Intenta llevar un control de tu alimentación y de la ingesta de productos o aperitivos salados como aceitunas, snacks, frutos secos como maní o almendras, además de aderezos (mostaza, ketchup, mayonesa, salsa de soya), aguas minerales con alta concentración de sodio y pescados y mariscos ahumados.
Sabemos que estando embarazada puedes sufrir antojos, sin embargo, intenta no alterar tu alimentación y agregar cantidades inadecuadas de sal a las comidas diarias. Evita siempre los alimentos con altas concentraciones de sal como la soya, las cecinas, los embutidos, las galletas saladas, las papas fritas y cualquier alimento con alto contenido de sodio.
Cuidado en conjunto
Estar embarazada y en situación de hipertensión gravídica requiere una estrecha comunicación con tu médico. Sigue sus consejos en torno a la alimentación y disminuye el consumo de sal, como requerimiento adicional puede pedirte exámenes extra o una visita al hospital para verificar tu estado.
Sin embargo, la principal responsable de tu salud eres tú, por lo tanto cuida la alimentación mientras estás embarazada, informa cualquier malestar o síntoma nuevo a tu doctor, especialmente si tienes mareos, dolores de cabeza, zumbidos en los oídos o mosquitas luminosas volando frente a tus ojos.
Reporta también edemas o aumentos de peso. Si estás embarazada y tu peso aumenta demasiado, el doctor probablemente te sugiera algunos de los consejos que te indicamos, equilibrando el consumo de azúcares y grasas, limitando el número de calorías y fomentando el correcto consumo de agua. Con 1 ½ a 2 litros de consumo diario de agua es suficiente para mantener un volumen sanguíneo adecuado. De esta manera puedes prevenir complicaciones de la presión alta estando embarazada y evitarás riesgos para tu bebé.
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