¿Cómo enseño disciplina a mi bebé?
La disciplina de tu bebé merece atención y cuidado desde muy temprano, aunque los métodos de disciplina dependen de la edad del bebé y su grado de conciencia acerca de su conducta.
Cada niño es diferente y desde que es un bebé debe ser enseñado con cariño y amor. La disciplina no debe ser sinónimo de castigo, debe servir como una guía para enseñar a comportarse, una forma en que cada familia, por distinta que sea, colabore en el desarrollo del bebé.
A medida que la educación de tu hijo presente sus primeros "no", se conformarán lentamente las reglas y parámetros en el desarrollo del bebé. Estimular sus primeros pasos y acompañar el crecimiento del niño con amor es vital. Estimular al bebé en esta etapa es fundamental para evitar accidentes o consecuencias negativas durante el desarrollo del bebé. Que los hijos sean capaces de obedecer es primordial, y depende en gran medida de los padres.
La disciplina de tu bebé merece atención y cuidado desde muy temprano, aunque los métodos de disciplina dependen de la edad del bebé y su grado de conciencia acerca de su conducta. Como una guía para que enfrentes este proceso junto a tu bebé, expresándole con claridad la disciplina que quieres enseñarle, te presentamos algunos consejos del doctor Charles E. Schaefer, profesor de psicología y director del Centro de Servicios Psicológicos en la Universidad de Fairleigh Dickinson, Nueva Jersey:
Debemos tener objetividad
Es frecuente oír de los padres expresiones como "Pórtate bien", o "no hagas eso". Las expresiones significan diferentes cosas para diferentes personas; un límite bien especificado dice a un bebé exactamente lo que debe hacer, por ejemplo: "Habla despacio en una biblioteca", o "toma mi mano para cruzar la calle" son frases claras, simples y efectivas en el desarrollo del bebé.
Entrega opciones
La libertad de oportunidad hace que un bebé experimente una sensación de poder y control, reduciendo las resistencias. Por ejemplo: "Es la hora del baño, ¿quieres ducharte o bañarte en la tina?" o "Es la hora de vestirse, ¿quieres elegir una tenida o lo hago yo?". Ésta es una forma más fácil y rápida de decir a un bebé qué hacer.
Sean firmes
Tu bebé será más aplicado y obediente si le hablas con una voz segura, sin gritos y con una seria mirada en el rostro. Imponer límites de manera más suave supone que el niño tiene una opción de obedecer o no.
Acentúa lo positivo
En general, es mejor decir a un bebé lo que debe hacer antes de lo que no debe hacer.
Explica el porqué
Cuando una persona entiende el motivo de una regla, como una forma de prevenir situaciones peligrosas para sí mismo y para otros, se sentirá más animado a obedecerla. De este modo, lo mejor cuando se aplica un límite, es explicar al bebé porqué tiene que obedecer. El bebé desarrollará valores de conducta o comportamiento si nota la razón de los límites que se le imponen.
Ser seriamente consistente
Una regla puntual para establecer límites es evitar una regla repetitiva. Una rutina flexible (acostarse a las 8 una noche, a las 8 y media en la próxima, a las 9 en otra noche) invita a una resistencia y se torna imposible de cumplir. Rutinas y reglas importantes en la familia deberían ser efectivas día tras día. Si das a tu bebé la oportunidad de dar vueltas a sus reglas, ellos seguramente intentarán resistir.
Desaprueba la conducta, no el niño
Es necesario que dejemos claro para nuestros hijos que nuestra desaprobación está relacionada a su comportamiento y no directamente a ellos. No les estamos rechazando. Lejos de decir "Niño malo" (desaprobación del niño). Deberíamos decir "No muerdas" (desaprobación de la conducta), por ejemplo.
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