Preeclampsia: ¿Qué es y cuáles son los síntomas?
Identifica los síntomas y las causas de la preeclampsia para que actúes a tiempo por el bienestar tuyo y del bebé.
Durante los 9 meses de gestación, puede haber algunas complicaciones en las que tendrás que estar muy alerta y seguir todas las recomendaciones. En este artículo te explicaremos una de las más comunes, la preeclampsia.
Cuando quedas en embarazo debes tener algunos cuidados que antes no, esto se debe a que una vida crece dentro de ti. Sin embargo, existen complicaciones que pueden surgir de un momento a otro, como la preeclampsia que te lleva desde limitar algunas actividades diarias hasta tener reposo absoluto mientras llega el momento del parto. Lo importante es detectarla a tiempo.
¿Qué es la preeclampsia?
La preeclampsia es una complicación médica que solo se presenta durante la etapa de gestación. Un médico lo puede detectar generalmente después de las 20 semanas de embarazo y está íntimamente relacionado con la presión arterial. Debe tratarse a tiempo porque afecta la integridad de la mamá y el bebé.
Tipos de preeclampsia
Existen 3 tipos que están determinados por el tiempo en que aparece:
- Preeclampsia de inicio precoz: detectada antes de las 32 semanas de gestación.
- Preeclampsia de inicio tardío: cuando aparece después de las 32 semanas.
- Preeclampsia leve o severa: según la gravedad.
Síntomas de la preeclampsia
Uno de los primeros síntomas que le indican al médico que estás desarrollando una preeclampsia es la variación extrema de la presión arterial. Lo normal es que sea menor de 120 mmHg la sistólica y 80 mmHg la diastólica. Cuando está alta es igual o mayor de 140 y cuando es baja marca 90, en cualquiera de los casos, hay hipertensión. Aquí está la primera alerta.
La hinchazón es común en el embarazo por la retención de líquidos, lo evidencias en tus manos cuando ya no puedas ponerte los anillos o en tus pies cuando los zapatos te comiencen a apretar un poco. Sin embargo, otro signo de alerta es cuando aparece en la cara, específicamente alrededor de los ojos. En este momento debes consultar al médico de inmediato, tu cuerpo te puede estar diciendo que algo no anda bien.
Una vez, el doctor dé el diagnóstico, te brindará una serie de instrucciones que debes seguir al pie de la letra y es importante que estés pendiente de estos síntomas de alarma:
- Dolor de cabeza muy fuerte.
- Visión doble, borrosa o con lucecitas.
- Sensación de somnolencia.
- Vómitos.
- Dolor en la parte alta del abdomen.
Si se presentan convulsiones, ya estamos hablando de eclampsia y tanto la mamá como el bebé están en extrema gravedad por lo que deben ir de urgencias inmediatamente.
Causas
No existe una causa específica de por qué se produce la preeclampsia, sin embargo, las anormalidades de la placenta, como el flujo de sangre insuficiente, factores genéticos o nutricionales y desequilibrios hormonales pueden contribuir a que se desarrolle esta complicación durante el embarazo.
Las mujeres que están más propensas a desarrollar preeclampsia son:
- Gestantes primerizas.
- Con antecedentes de preeclampsia en la familia.
- Quedar embarazadas en edades extremas, más de 40 años o adolescentes.
- Embarazadas de gemelos o mellizos.
- Sufrir hipertensión arterial antes o durante el embarazo.
- Tener problemas renales.
- Haber tenido esta misma complicación en embarazos anteriores.
- Sufrir de diabetes tipo 1 o tipo 2 antes del embarazo.
Riesgos para la mamá y el bebé
La preeclampsia es de cuidado, hace que la placenta no obtenga suficiente sangre, produciendo el cierre de los vasos sanguíneos del útero que aportan el oxígeno y los nutrientes necesarios para el crecimiento del feto. Esto provoca que el bebé al momento de nacer tenga bajo peso y talla pequeña.
Otros riesgos son:
- Posible desprendimiento de la placenta.
- Parto prematuro.
- Síndrome de HELLP (destrucción de los glóbulos rojos y disminución de las plaquetas)
- Riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
- Daño en otros órganos como hígado, riñones, corazón, etc.
- Eclampsia.
Diferencia entre preeclampsia y eclampsia
La diferencia entre preeclampsia y eclampsia radica en el tiempo que pasa entre la una y la otra. La preeclampsia va apareciendo lentamente con constantes altas en la presión arterial, que pasan desapercibidas durante algún tiempo. Si no es tratada a tiempo y de forma adecuada aparece la eclampsia agravando aún más la condición.
En conclusión, la eclampsia es una complicación de la preeclampsia. Puede aparecer durante el embarazo o poco después del parto, poniendo en riesgo la vida del bebé y de la madre. Generalmente producen convulsiones, pérdida de la conciencia y se debe acudir al médico inmediatamente.
¿Qué hacer en caso de tener síntomas?
Lo primero es hacer los controles médicos periódicamente para detectar la preeclampsia a tiempo y se pueda controlar. Si ya fuiste diagnosticada con este riesgo, es importante que estés alerta de los síntomas que mencionamos anteriormente y seguir las indicaciones sin excepción.
Consejos para prevenirla
El médico te indicará el tratamiento que debes seguir para controlar la preeclampsia, sin embargo, tu estilo de vida también puede ayudar a controlarla o evitarla. A continuación, te damos algunos consejos:
- Evita el estrés.
- Guarda reposo en los momentos que puedas o te sientas cansada. No te excedas.
- No fumes ni bebas alcohol.
- Ten una dieta rica en calcio y antioxidantes y vitamina C.
- Lleva un control mensual de tu peso porque este es uno de los signos de alarma.
- Toma vitaminas prenatales y ácido fólico.
- Ir a todos los controles médicos y realizar los exámenes solicitados.
Complicaciones como la preeclampsia son comunes en el embarazo, lo importante es que se detecte a tiempo y sigas las recomendaciones de tu médico.
Fuentes
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