Alergias alimentarias en los bebés
Es importante que estés preparada para reconocer las alergías alimentarias y sepas qué hacer para cuidar la salud del bebé.
Si bien las alergias alimentarias son poco habituales, pueden ocurrir, y es por eso que es importante que estés preparada para reconocerlas y sepas qué hacer, para cuidar la salud del bebé.
Cuando un bebé presenta alergias alimentarias, su cuerpo reacciona como si se tratase de un cuerpo extraño, produciendo un anticuerpo llamado Inmunoglobulina E, o IgE, afectando la salud del bebé. Si vuelve a comer el mismo alimento, los anticuerpos le pedirán a su sistema inmunitario que libere una sustancia conocida como histamina para hacer frente al ataque y proteger la salud del bebé.
En muchos bebés, las alergias alimentarias producen urticaria, inflamación, eczema crónico o dificultades respiratorias, alterando la salud del bebé. Algunas veces los síntomas son gastrointestinales como vómitos o diarrea. Si tiene una reacción alérgica grave, podría afectar considerablemente la salud del bebé.
Los bebés pueden presentar alergia a los alimentos incluso habiéndolo comido antes sin ningún problema. Por ejemplo, si heredó la tendencia a ser alérgico al huevo, podría ser que no presente ninguna reacción las primeras veces que lo coma, pero con el tiempo aparecerán los síntomas. Recuerda que las alergias alimentarias, en algunos casos, pueden pasar inadvertidas en la salud del bebé, en situaciones como los huevos, la leche o las nueces.
Los síntomas de la alergia a los alimentos pueden manifestarse en unos minutos o demorar hasta dos horas después de ingerir una proteína alimentaria específica, aunque en algunos casos particulares de alergia a los alimentos los síntomas gastrointestinales pueden ser crónicos o persistentes y la reacción fuerte o débil, afectando la salud del bebé.
La gran mayoría de las alergias alimentarias son producidas por estos productos: huevos, leche de vaca, maní, trigo, soya, frutos, pescado y mariscos.
Tu bebé puede heredar la tendencia a tener alergias alimentarias, pero no necesariamente una alergia específica. Por ejemplo, si tú sufres rinitis alérgica, alergias a las mascotas o una alergia alimentaria, tu niño tiene una probabilidad del 50% de tener alguna clase de alergia, aunque tal vez no sea la misma que tú. Esa probabilidad sube al 75% cuando ambos padres son alérgicos.
Para cuidar la salud del bebé y evitar las alergias alimentarias, la avena y cebada causan menos alergias que el trigo y maíz. En general, las frutas y verduras no causan problemas. Muchas veces las alergias alimentarias en etapa infantil cura con el tiempo. Es decir, si tu bebé tiene alguna hipersensibilidad, en algunos años, quizás, ya no la tendrá.
La mayoría de los especialistas están de acuerdo en que el amamantamiento ofrece protección contra las alergias. Procura amamantar a tu bebé todo el tiempo que te sea posible, especialmente si tiene antecedentes de alergias.
Si tu bebé manifiesta sistemáticamente síntomas, en las dos horas siguientes después de haber ingerido un alimento determinado, háblalo con el médico. Si crees que estas molestias pueden ser provocadas por alergias alimentarias, tal vez te derive a un especialista en alergias infantiles, o alergólogo, para que le haga análisis. El alergólogo seguramente podrá decirte qué alimento o alimentos son los causantes del problema y si los síntomas son parte de una reacción inmunitaria (que indica la presencia de una alergia), o son un signo de que no puede digerir el alimento (lo que indica que hay una intolerancia alimentaria).
Si tu bebé ha tenido una reacción alérgica a un alimento, será conveniente que estés preparada por si vuelve a ocurrir. Aun si la primera reacción fue leve, la próxima podría ser intensa. El médico te puede ofrecer un plan de acción.
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