Hábitos del niño: la siesta
Como parte de los hábitos del niño, acá te damos algunos consejos para que te asegures de que tu hijo está teniendo el descanso que realmente necesita con su rica siesta.
Uno de los hábitos del niño es dormir la siesta. Dejar la siesta es un proceso gradual para los niños, que rara vez sucede de un día para otro y que idealmente no debiera ocurrir antes de los tres años. A veces, los bebés de seis meses dejan de dormir su siesta porque la movilidad que han ganado los tiene tan ocupados y entretenidos que no quieren detenerse y dormir. Los niños, por su parte, a veces dejan la siesta cuando comienzan a darse cuenta de las cosas que se pierden cuando duermen. Esto puede verse acentuado también por la llegada de un hermano a la casa, que cambia los hábitos del niño.
Los niños suelen dejar la siesta cuando hay un cambio importante en los hábitos del niño, como una mudanza o la separación de los padres. Todos estos casos son inusuales, pero cuando tu hijo realmente está listo para dejar la siesta, comienzan por acortar su duración y terminan saltándose la siesta por varios días.
Como parte de los hábitos del niño, acá te damos algunos consejos para que te asegures de que tu hijo está teniendo el descanso que realmente necesita. Recuerda que el hecho de que tu hijo no duerma la siesta un día no significa que está listo para dejarla:
* Sigue poniéndolo a dormir siesta, incluso si no durmió el día anterior, así, mantienes los hábitos del niño para realizar a diario. Si tu hijo se saltó una siesta no te rindas en seguirlo intentando. Mantenerle el ritmo y el horario de una siesta le recordará a su cuerpo que es momento de descansar. Si no lo intenta, el cuerpo del niño puede perder su ritmo natural de sueño, alterando estos hábitos del niño.
* Haz que la transición previa a la siesta sea consistente. Todas las actividades previas a la siesta debieran ser más tranquilas para que el niño se empiece a relajar. Si se puede crear una rutina con los hábitos del niño que se repitan día a día, mejor.
* Como parte de los hábitos del niño, crea o mantiene una hora de siesta: el cuerpo humano crea ritmos de sueño. Trata de observar al niño y ver la hora en que está más somnoliento. También es importante adaptar este horario a las rutinas familiares de manera que la hora de siesta se pueda mantener en el tiempo.
* Prepárale un lugar agradable para la siesta: como parte de los hábitos del niño, a ellos les gusta que su pieza esté oscura, a otros, el silencio y así hay innumerables detalles que pueden propiciar un buen descanso. Fíjate en qué le gusta a tu hijo y trata de aplicarlo a los hábitos del niño. Recuerda que los niños necesitan descansar, aún cuando no duerman.
Deja que él descubra cómo encontrar el sueño como parte de los hábitos del niño. Una vez que hayas aplicado todos los pasos anteriores, es hora de dejar que él descubra cómo dormir. La idea es que lo logre solo y que su siesta sea un momento de descanso para ti también.
Artículos relacionados