Los amigos imaginarios en el crecimiento del niño
El amigo imaginario es el bastón que los niños necesitan para salir airoso a este mundo real, para ellos aún desconocido, y así hacerse de amigos.
Durante el crecimiento del niño, es común que, a eso de los 3 o 4 años cuenten acerca de sus historias con ese amigo que sólo él ve, ése que todos tuvimos cuando niños y, que a pesar del paso de las generaciones, sigue existiendo en la mente de los niños más pequeños. Se trata del amigo imaginario, que más que una simple fantasía infantil es un “fantasmita” indispensable en la formación de la identidad de tu niño, parte del crecimiento del niño y su capacidad de sociabilizar con otros. Te contamos por qué.
Este mundo de imaginación infantil es uno de los primeros signos del crecimiento del niño y de la formación de su propia identidad, abriendo las puertas a un mundo exterior y la sociabilización que ello implica. Y el amigo imaginario es el bastón que los niños necesitan para salir airoso a este mundo real, para ellos aún desconocido, y así hacerse de amigos.
Estos amigos imaginarios se presentan en la imaginación del niño en la etapa preescolar y en ciertas ocasiones un poco después. Se trata de personas, objetos o personajes inventados, con quienes comparten sus sentimientos y sus actividades, como si se tratara de su mejor amigo. Incluso atribuyen sus propios sentimientos a este nuevo amigo imaginario.
Si bien es un fenómeno muy común en los pequeños, sólo algunos niños tienen como compañero a este amigo invisible, generalmente es muy común en hijos únicos o niños más sensibles, que se conectan con mayor facilidad con la fantasía y que crean estos personajes, con quienes juegan, pelean y comparten sus habilidades.
Aunque para muchos este tema podría ser un tanto absurdo, es sumamente importante respetar el espacio del niño con su amigo imaginario y no invadirlo con preguntas o derribarle este mundo de fantasía el cual lo ha cobijado durante sus primeros años de vida. Es positivo que los padres conversen con su hijo y compartan esta magia de tener un amigo imaginario de una manera muy sutil sin alentar al niño, de manera que no se transforme en una conducta que se prolongue en el tiempo más de lo que corresponde (hasta que ingresa al jardín infantil o al colegio).
No obstante, debes prestar mucha atención cuando estos “amigos imaginarios” hacen que el niño rehuya la vida real y sus actividades. De manera que no le interese hacer amigos nuevos, participar en actividades del colegio y ocupe a su amigo imaginario como su refugio.
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