El cuidado del niño y el uso de protectores solares
Se ha comprobado que el 80% de la exposición solar que una persona recibe a lo largo de su vida se produce en los primeros 18 años, siendo la infancia el período más crítico para establecer el riesgo de desarrollar cáncer de piel en la edad adulta.
Con la llegada del sol, el cuidado del niño se extrema, especialmente para evitar insolaciones.
Como una primera medida del cuidado del niño, los protectores solares se aplican sobre la piel, para bloquear parcial o totalmente las radiaciones solares, previniendo de este modo las quemaduras y los cambios degenerativos de la piel.
Los protectores solares, actúan absorbiendo y filtrando la radiación solar o reflejándola, de modo que no penetre en las capas profundas de la piel, así el cuidado del niño en toda la piel permite tenerlo protegido de este tipo de lesiones.
¿De qué protegen los protectores solares?
Los protectores solares nos protegen de dos tipos de rayos UV: UVA y UVB; los UVA no pueden verse ni sentirse directamente, pero penetran profundamente en la piel. Los rayos UVB son los rayos más intensos de la luz solar, y provocan daños en la superficie de la piel.
¿Qué significa el Factor de Protección Solar o FPS?
La protección que brindan los protectores solares se indica mediante el Factor de Protección Solar o FPS. Este factor señala el número de veces que el producto aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente al enrojecimiento previo a la quemadura. Por ejemplo, si una persona empieza a enrojecer y a notar los riesgos de quemaduras a los 5 minutos de exposición al sol, al aplicarse un protector FPS 30 podrá exponerse al sol durante 5 x 30= 150 minutos (2½ horas) en forma segura.
Para el cuidado del niño y protección de la piel
Se ha comprobado que el 80% de la exposición solar que una persona recibe a lo largo de su vida se produce en los primeros 18 años, siendo la infancia el período más crítico para establecer el riesgo de desarrollar cáncer de piel en la edad adulta. Por ello se deben extremar los esfuerzos en el cuidado del niños ante las radiaciones solares. Tan sólo dos quemaduras fuertes de sol podrían duplicar su riesgo de cáncer a la piel más tarde en la vida. Se estima que entre un 2% y un 5% de los niños que van a la playa sufren quemaduras de segundo grado y enrojecimientos acompañados de fiebre, eritema, insomnio, falta de apetito, náuseas y en los casos más graves convulsiones.
Los bebés menores de 6 meses deben mantenerse siempre fuera de la luz directa del sol debido a que su piel es más delgada y el mecanismo de bronceado de su piel todavía no está listo. No se recomienda ponerles protectores solares.
Para el cuidado del niño ¿Qué factor de protectores solares es recomendable utilizar?
En niños mayores de 6 meses es aconsejable usar protectores solares de alta protección, de un factor FPS 30 o más. Si bien los filtros de FPS 30 son suficientes para bloquear alrededor del 97% de los rayos solares, si el niño va a estar al sol por más de un par de horas, el 3% extra proporcionado por un protector de mayor FPS puede hacer una gran diferencia. También se recomienda que los protectores solares que se les apliquen sean impermeables al agua. Existen los llamados water–resistant y water–proof, que conservan su capacidad protectora entre 40 y 80 minutos luego de entrar en contacto con el agua.
Para el cuidado de niño, prefiere los protectores solares específicos para niños, que están formulados especialmente para ellos. Generalmente son hipoalergénicos y a prueba de agua.
A los niños menores de 6 meses nunca se les debe exponer al sol, ni aplicar protectores solares. Para los mayores de esa edad se recomienda por lo menos un factor 30. Dependiendo del tipo de piel y del tiempo que pasa el niño expuesto al sol, se pueden necesitar factores más altos.
Los protectores solares superiores a 30 se recomiendan para niños de piel muy blanca, rubios o pelirrojos, más sensibles que los trigueños o morenitos a las radiaciones solares.
La fecha de vencimiento de los protectores solares es la que aparece indicada en la etiqueta. Su duración es de tres a cuatro años, pero no se deben utilizar los restos que quedan de un año para otro.
Algunos protectores solares desaparecen al contacto con el agua, el sudor, al frotarse con toallas o prendas y durante el juego. Si el niño pasa mucho tiempo en el agua, prefiere aquellos en cuya etiqueta diga "a prueba de agua" (waterproof) o "resistentes al agua" (water resistant).
¿Cómo aplicar los protectores solares?
Lee atentamente las instrucciones rotuladas en el envase. Aplícalo entre 20 y 45 minutos antes de tomar sol. Vuelve a aplicarlo cada dos horas, al salir del agua o después de hacer ejercicio o transpirar. Ponlo sobre la piel bien seca. Úsalo en forma abundante. Aplícalo en todas las partes del cuerpo expuestas al sol, incluyendo aquellas que suelen pasarse por alto, como los bordes de las orejas, los labios, la nuca y los empeines.
Sobre el cuidado del niño y las quemaduras
No expongas a los niños al sol entre las 11 y las 16 horas, ya que la radiación UV es más dañina, y aumentan las posibilidades de generar quemaduras en períodos de tiempo menores que en el resto del día. Protégelos con ropa adecuada, como sombreros, gorros, poleras y pantalones. Utiliza también quitasoles. Ponles lentes de sol con filtro para rayos UV (que absorban tanto los rayos UVB como los UVA). Esto protege la delicada piel que rodea a los ojos y previene además el desarrollo precoz de cataratas.
Ante cambios de color, forma o tamaño de pecas o lunares, consulta al doctor. Si se producen quemaduras solares extensas y/o de alto grado, debes solicitar inmediatamente atención médica. Protege a los niños del sol con protectores solares aunque el día esté nublado, ya que las nubes filtran sólo entre un 20 y un 40 por ciento de la radiación UV. Enséñales a los niños a protegerse del sol desde pequeños, porque los efectos de la radiación solar son acumulativos e irreversibles.
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