¡Mi bebé comió tierra! ¿Qué hago?
¿Qué hacer cuando sorprendes a tu bebé saboreando tierra cuyo origen desconoces? Acá te mostraremos algunos pasos a seguir para no perder el control ante esta paritcular situación.
Hay ocasiones en que las travesuras de tu bebé te dejan de manos atadas y no es precisamente porque sean malos padres o no estén preparados. Es solamente que los bebés son impredecibles y las cosas que hacen por curiosidad son totalmente sorpresivas, pero si hay una que se repite, es aquel instante en que lo vas a ver después de unos minutos en que te descuidaste y su boca está saboreando un puñado de tierra. ¿Qué hacer? Ya veremos.
Desde los 4 meses en adelante, los bebés comienzan a explorar el mundo a través de sus sentidos y uno de ellos es justamente el gusto. Este proceso involucra varios episodios que podrían dejarte atónito o sin saber cómo actuar ni que precauciones tomar. Uno de ellos es cuando comen tierra del jardín, de algún macetero o bien de un lugar público con áreas verdes donde en realidad no sabes lo que ha pasado por ahí.
Primero y lo más importante es desmitificar el hecho. ¿Es malo comer tierra? La respuesta es no. No es malo el acto de comer tierra pero tampoco podríamos decir que es bueno o recomendable. Esto quiere decir que si encuentras a tu hijo en esa situación, lo primero que debes hacer es tratar de quitarle la mayor cantidad de la boca antes de que la ingiera, lavarle las manos y la cara además de la ropa si es que también figura como víctima de su curiosidad.
En realidad el hecho de hacerlo no es peligroso, pero hay diferentes variantes que podrían marcar la diferencia entre un acto que no involucra ningún peligro para el bebé y una ingesta que en realidad podría ser nociva e incluso mortal para tu bebé. Esas diferencias tienen que ver principalmente con el origen y los componentes que tenga la tierra que tu bebé ha ingerido, es decir, si la tierra pertenece a plantas o al jardín de tu casa y que ha sido regado además de agua con fertilizantes o pesticidas, deberías acudir al servicio de urgencia más cercano para descartar infecciones o daños mayores en su organismo. Si la tierra proviene de un lugar público como parques o plazas públicas, el peligro no está en la tierra en sí, sino en los depósitos que animales y personas dejan en ella, como por ejemplo, heces de mascotas (no debería suceder, pero ya sabemos que no todos son responsables con esta conducta) o bien colillas de cigarro, envases plásticos que contienen tinta y otros químicos que podrían ser peligrosos para tu bebé.
Por lo tanto, es importante saber que el acto de comer tierra no es peligroso por sí solo, sino que son las cosas que podría contener la tierra lo que hace la diferencia. Y aquí es donde como padres tenemos toda la responsabilidad y obligación de saber cuando en realidad nuestro bebé corre peligro o cuando sólo necesitamos lavarlo y cambiarle ropa para seguir con las actividades del día.
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